Pese a los datos del último Informe PISA que se refiere a un claro descenso en comprensión lectora, paradójicamente, cada día crece el placer por leer en público.
En este instante en el que lees este texto, en bibliotecas, asociaciones, reuniones laborales, centros escolares, institutos, actividades políticas y sociales, universidades, en presentaciones, exposiciones en el aula… En este momento se está sucediendo uno de los actos de mayor cotidianeidad, millones de voces en el planeta están leyendo en público.
La lectura no es una mera transcripción fonética de la palabra escrita si no un escenario que activa, en quien la escucha la imaginación, promueve la actitud crítica, reflexión, estimula la memoria y, en la mayoría de casos, desata la fascinación y la emoción.
Por ello se hace imprescindible, para la comunicación a través de la lectura, transformar el miedo a leer y el tedio a escuchar en escenarios de disfrute.
Cuando en la lectura no utilizamos adecuadamente los recursos vocales el auditorio pierde su nivel de atención hasta llegar a la total desconexión.
Vocales de la Partitura fonética para dotar de mayor expresión y comunicación a la lectura en público.
CORAL PASTOR
Alicantina de origen e internacional de espíritu, formada en La escuela de Arte Dramático de Valencia.
Su interés por continuar formándose en la biomecánica y el teatro como instrumento social de reflexión y provocación le conduce a vivir experiencias con maestros como Augusto Boal (Brasil), Rui Frati (Francia), Roberto Frati (Francia), Roberto Vega (Argentina), Eugenio Barba (Odin Teatret-Dinamarca), Stephan Schulberg (Living Theatre – Italia) entre otros.
Desarrollando su trayectoria en multitud de producciones artísticas, actriz, presentadora, entrevistadora y en escenarios y medios distintos (cine, prensa, radio, televisión, teatro) , es creadora de su propia metodología para transmitir sus conocimientos y experiencias
Con sus propias palabras:
“En 1995, en gira por Colombia con Las Viajeras y el espectáculo Colinas Huecas, ya fuera en espacios sin límite y otros más intimistas, ante un público deseoso de escuchar narrar, sentí eso que Tolkien describe como la puerta en la región de las hadas donde podemos suspender voluntariamente la racionalidad para entrar en otro estado psíquico fundamental; el encantamiento”